“Mis padres se vinieron del Bajo Delta para buscar una mejor vida en Tucupita. Aquí cursé el preescolar y la primaria, pero cuando comencé a estudiar el primer año, en un liceo público, debí abandonar porque cada vez era menos lo que había para comer en la casa y no había dinero para comprar las cosas que necesitaba para seguir estudiando, fue cuando le dije a mis padres que dejaría los estudios”. Así nos cuenta Alexeiev Ramos, del pueblo Warao. Para leer su historia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *